Mes: May 2013

Los héroes nunca mueren.

 

Había una vez un niño de 4 años, estaba viendo una película de acción junto a su madre. Todo iba bien hasta que el héroe de la película se vio en peligro. El niño se preocupó porque pensó que moriría, y se puso a llorar. Su madre le dijo “no llore, mi niño, los héroes nunca mueren”. Poco tiempo después, a la madre del niño le diagnosticaron cáncer. Estuvo mucho tiempo en tratamiento, pero esto no dio resultado; le quedaba muy poco tiempo de vida. Un día, su hijo se acercó a ella, y le dijo al oído “no te preocupes mamita, los héroes nunca mueren”.

«Antes de morir» — Pammela Rivasy.

«Antes de morir, me dijo mi madre;

Enamórate de alguien que navegue contigo por los siete mares, que se enfrente a las olas más altas. No importa sino es tan grande su valentía, sólo asegúrate que jamás libere tu mano. Sino la suelta, entonces, confía en él cuando te pida cerrar los ojos. Pues ante lo más grandes problemas, sabrás quien te amará de verdad.»

— Pammela Rivasy

No te rindas, poesía de Mario Benedetti.

 


No te rindas, aún estás a tiempo

De alcanzar y comenzar de nuevo,

Aceptar tus sombras,

Enterrar tus miedos,

Liberar el lastre,

Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

Continuar el viaje,

Perseguir tus sueños,

Destrabar el tiempo,

Correr los escombros,

Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se esconda,

Y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma

Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo

Porque lo has querido y porque te quiero

Porque existe el vino y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,

Quitar los cerrojos,

Abandonar las murallas que te protegieron,

Vivir la vida y aceptar el reto,

Recuperar la risa,

Ensayar un canto,

Bajar la guardia y extender las manos

Desplegar las alas

E intentar de nuevo,

Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se ponga y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma,

Aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo,

Porque esta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Carta a mi ex. Por @JavierEnBogota

«Hoy quiero hablar de ti,  
de lo que yo te amé  
Me dueles tanto, tanto  
que sólo soy viento  
Viento llegó,viento pasó y cómo me acuerdo»

Como me acuerdo – Robi  Draco Rosa. 

Hola LACR.

Pocas cosas son en la vida tan inútiles como escribirle una carta a una persona que ya no está, las razones sobran, primero, sé que jamás la leerás, segundo, nada cambiará entre nosotros, y tercero -mientras la escriba- me dolerá muchísimo recordar tantas cosas que vivimos juntos.

Para iniciar debo reconocer que conocerte fue lo mejor que me pasó en muchísimos años, tu llegada a mi vida le imprimió a mi existencia unas increíbles ganas de luchar por el éxito personal y por la felicidad de ambos, tu presencia le trajo serenidad a mi manera de vivir, le trajo paz, a tu lado -y apoyados el uno en el otro- vencimos las dificultades por se cruzaron en nuestra felicidad, vencimos en su momento los temores propios del amor juvenil, pasamos por encima de los problemas económicos, combatimos juntos nuestras propias inseguridades, nos dimos la mano cuando el uno necesitaba del otro, sufrimos a veces, y fuimos felices muchas otras tantas, viajamos, bailamos y compartimos tantas cenas románticas de vela y vino siempre juntos, yo te enseñé que las penas que se comparten dividen entre dos su peso, y multiplican las posibilidades de encontrar una salida.

Tu decisión de alejarte y sufrir solo tus propias dificultades, hasta el día de hoy no la entiendo, irte sin más que una llamada de despedida me afectó mucho. Cualquier persona esperaría algún tipo de argumento que le ayudar a entender que en adelante debería sobrellevar su vida solo. Vivir la vida sin lo que uno más ama no es fácil porque los días vacíos duelen mucho y la cama a medio llenar fastidia más.

De tu partida ya hace un año, tiempo suficiente para encontrar amparo en la lectura, la música, la poesía y los nuevos amigos, en fin, un año donde la idea era no pensar en ti y en tus ojos verdes esmeralda.

La ropa que dejaste en el closet la tiré a la basura, el número de tu celular que era mío lo reporté como extraviado para no caer en la tentación de llamarte, a quienes me preguntaron por ti les dije que te habías muerto. A Theatrón no volví porque nunca aprendí a bailar con alguien diferente a ti. Mi madre descansó aliviada de saber que ya no estabas conmigo (ella nunca te quiso). Mi amigo Ernesto también se alegró mucho (tampoco nunca te quiso). Don José, el señor de la portería también me expresó su felicidad por tu partida porque ya no te abriría la puerta del edificio a las 3 de la mañana. Todos a mi alrededor quedaron felices con tu adiós.

En cuanto a mí, te amaré siempre, contigo nunca pude hacer otra cosa que eso, amarte y respetar tu ser, nunca aprendí a odiarte por más que me lo propuse, en adelante vivir será como amarte en silencio, como esperarte en la sombra.

Te agradezco sobre todo esa hermosa sensación de despertar en la mañana y encontrar a mi lado lo que más amé, tu cuerpo, tu barba hermosa, tus ojos verdes, tu personalidad rebelde, tu alma necia, tu ser indómito, tu malgenio eterno, tus ganas de dormir hasta la 1, tus ataques de hambre a las 6 de la mañana, tu desprecio por el cilantro, y tu gusto desmedido por las frutas.

Para despedirme solo te pido un favor, nunca se te ocurra volver, básicamente por una sola razón:  Aprendí a vivir amándote como siempre pero sin la necesidad de tenerte conmigo.

Que Dios te bendiga.

Se despide quien te ama mucho pero quien ya no te necesita.

Javier.