Cordial saludo.
Primero que todo señor Alcalde, debo agradecer públicamente el haber dispuesto del tiempo necesario para atender el contenido de mi escrito del pasado 20 de julio, en el recogía algunas inquietudes que como ciudadano y como su elector necesitaba poner en conocimiento suyo.
Deseo también manifestarle mi respeto por su honestidad como funcionario. Usted señor Alcalde es el ejemplo concreto de cómo se pueden dejar las armas para abrazar las urnas y hacer política sin disparar un fusil.
Entrando ya en el contenido de su respuesta, tengo para compartirle las siguientes apreciaciones:
1. En las primeras 2.088 palabras de las 2.702 que conforman su publicación, —que dicho sea de paso la interpreto más como su respuesta oficial a la columna del exalcalde Jaime Castro que a mis inquietudes— resume cronológicamente el problema de las basuras en Bogotá, llevando la discusión a un plano netamente jurídico y legal que escapa a mi total entendimiento por razones obvias. De hecho señor Alcalde, el problema no radica en que la Corte Constitucional haya ordenado la inclusión de la población recicladora de oficio en condiciones de igualdad, sino en cómo ejecutaron Usted y su administración esa orden. La discusión está en el «cómo» y no en el «porqué». Por ejemplo: a propósito de la visita que hizo la Superintendencia de Servicios a la EAAB, nunca entendí como en su cuenta de Twitter decía: «El paso que ha dado la Superintendencia sobre la EAAB es definitivo. Están defendiendo la mafia paramilitar”, cuando al día siguiente su administración se reunía con dos de esos operadores «mafiosos» y «paramilitares» para volver a contratar con ellos el servicio de la recolección de la basura.
De igual forma señor Alcalde, no se entiende como el mismo funcionario que creó Aguas de Bogotá, doctor Alberto Merlano (quien entre otras cosas es familiar de su señora esposa) hablara en Caracol Radio de la posible liquidación de esa empresa, afirmando: «la liquidación ocurrirá si los problemas actuales del operador público de aseo, Aguas de Bogotá, no se solucionan”.
Como le decía al inicio de esta carta, el problema de las basuras no está el «porqué», sino el «cómo», es decir, no en la esencia sino en la ejecución. Es triste señor Alcalde para quienes creímos en su proyecto de gobierno ver todos los días en los medios de comunicación noticias como esta que publicó el 24 de julio El Espectador: «El gerente del Acueducto, Alberto Merlano, reconoció que nómina de esa empresa no se compadecía con la realidad económica”.
Meses antes, señor Alcalde, unos 600 empleados de esta controvertida empresa, rogaban para que les fueran pagadas la segunda quincena de diciembre, y la primera quincena de enero, vea Usted: «Empleados de Aguas de Bogotá «ruegan» al Acueducto que les paguen su salario”.
Sin olvidar como el gerente de Aguas de Bogotá en aquel entonces Ricardo Agudelo, recibió un incremento del 50% en su sueldo: «Gerente de Aguas de Bogotá reconoció que su salario sí aumentó en un 50%”:
Señor Alcalde, ¿se enteró Usted de las presuntas comisiones pagadas sobre los contratos de las volquetas que atendieron la emergencia de las basuras según lo informa El Tiempo el 22 de julio?, y de ser así ¿qué hizo al respecto?: «Denuncian anomalías con volquetas del aseo en Bogotá.”
http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/contratos-de-volquetas-para-aseo-en-bogota_12942793-4
¿Qué hicieron con los 60 compactadores de basura comprados por el distrito y que al 10 de junio se encontraban al sol y al agua en un parqueadero al occidente de Bogotá?
http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12908135.html